Para todos los que queráis sumergiros en el mundo de las matemáticas, os recomiendo estos libros imprescindibles que tenéis que leer para descubrir esta apasionante ciencia.
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El libro es un ensayo que versa sobre los problemas de la sociedad actual para entender las matemáticas en el contexto de la vida diaria. A partir de ejemplos y casos reales, explica cómo el común de los ciudadanos tiende a malinterpretar lo que ve y oye. Insiste en la importancia del conocimiento de las matemáticas y realiza varias críticas y propuestas para mejorar tal entendimiento. También ataca con ferocidad a la pseudociencia y sus consecuencias en el público en general.
Introduce un concepto nuevo, el anumerismo, innumerancy en inglés, palabra inventada, como su traducción. El término alude a la incapacidad de comprender conceptos matemáticos aplicados en la vida real y, en un sentido amplio, la incapacidad de entender el mundo de manera científica y racional.
El libro está tratado de una forma muy amena, con bastante humor y de una forma muy cercana al lector, gracias a muchos ejemplos de casos reales.
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En los sueños, todo es diferente al colegio o a la ciencia. Cuando Robert y el diablo de los números hablan, se expresan a veces de forma bastante extraña. Tampoco esto es sorprendente, pues El diablo de los números es precisamente una extraña historia.
¡Pero no creáis que todo el mundo entiende las palabras que ambos utilizan! Vuestro profesor de Matemáticas, por ejemplo, o vuestros padres. Si les decís saltar o rábano, no entenderán qué quiere decir. Entre los adultos se habla de otra forma: en vez de saltar se dice elevar al cuadrado o elevar a la potencia y en lugar de rábano escriben raíz en la pizarra. Los números de primera se llaman en la clase de Matemáticas números primos, y vuestro profesor jamás dirá ¡Cinco pum!, porque para eso tiene una expresión extranjera que es facultad de cinco.
En los sueños no existen estas expresiones especializadas. Nadie sueña con palabras extranjeras. Así que cuando el diablo de los números habla en imágenes y hace saltar los números en vez de elevarlos a potencias, no es sólo cosa de niños: en sueños, todos hacemos lo que queremos.
Pero en la clase uno no se duerme, y raras veces sueña. Por eso vuestro profesor tiene razón cuando se expresa como todos los matemáticos del mundo. Por favor, dejaos orientar por él, porque de lo contrario podría haber enfados en el colegio.