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EL DIABLO DE LOS NÚMEROS

 

En los sueños, todo es diferente al colegio o a la ciencia. Cuando Robert y el diablo de los números hablan, se expresan a veces de forma bastante extraña. Tampoco esto es sorprendente, pues El diablo de los números es precisamente una extraña historia.
¡Pero no creáis que todo el mundo entiende las palabras que ambos utilizan! Vuestro profesor de Matemáticas, por ejemplo, o vuestros padres. Si les decís saltar o rábano, no entenderán qué quiere decir. Entre los adultos se habla de otra forma: en vez de saltar se dice elevar al cuadrado o elevar a la potencia y en lugar de rábano escriben raíz en la pizarra. Los números de primera se llaman en la clase de Matemáticas números primos, y vuestro profesor jamás dirá ¡Cinco pum!, porque para eso tiene una expresión extranjera que es facultad de cinco.
En los sueños no existen estas expresiones especializadas. Nadie sueña con palabras extranjeras. Así que cuando el diablo de los números habla en imágenes y hace saltar los números en vez de elevarlos a potencias, no es sólo cosa de niños: en sueños, todos hacemos lo que queremos.
Pero en la clase uno no se duerme, y raras veces sueña. Por eso vuestro profesor tiene razón cuando se expresa como todos los matemáticos del mundo. Por favor, dejaos orientar por él, porque de lo contrario podría haber enfados en el colegio.