Los conflictos entre seres racionales, que recelan uno del otro, o la pugna entre competidores que interactúan y se influyen mutuamente, siendo capaces de traicionarse entre sí, constituyen el campo de estudio de la Teoría de Juegos, la cual se basa en un análisis matemático riguroso que surge de manera natural al observar y analizar un conflicto desde un punto de vista racional.
Desde el enfoque de esta teoría, un “juego” es una situación conflictiva en la que priman intereses contrapuestos de individuos o instituciones. Y es en ese contexto que una de las partes, al tomar una decisión, influye sobre la decisión que tomarán las demás. Es decir, el resultado del conflicto se determina a partir de todas las decisiones tomadas por todos los participantes en dicho juego.